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SOLICITARConocé el último lanzamiento editorial del doctor Máximo Ravenna +VIDA -KILOS, Los juegos del hambre y las trampas del comer.
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VER MÁS“Me hicieron comprender de una vez por todas que debemos comer para vivir y no vivir para comer”. La obesidad fue una constante desde la época de mi juventud, en todos los acontecimientos de la vida como colación de curso, 15 años, casamiento, embarazos, graduación, siempre con sobre peso, bajaba 5, subía 10, bajaba 10 subía 20, probando desde Scardale, Sibutramina y cuanto preparado magistral o dieta hubiera. Llegue hasta aquí con todos los problemas conocidos por los que padecen esta enfermedad: presión alta, lumbago, deformidad en los pies y valores alterados, vivía atacando los síntomas y nunca la causa. Pensaba: ¿será que llegará el día en que pueda superar esta agonía? ¿podré alguna vez ser una mujer normal y no eternamente una talla XXL?
Edith Ismael de Benitez, Paraguay
“La comida saludable no se va de vacaciones…” Inicié en marzo del 2010, y en febrero del 2011 llevaba 32 kilos bajados. En 11 meses jamás trasgredí la dieta, disfruté desde un comienzo de la comida sana. No me permití excusas de ningún tipo, por ejemplo… si salía, siempre llevaba y hasta hoy sigo teniendo conmigo en la cartera sopa en sobre; eso me ayudó a no tentarme con lo que no tenía permitido, y que hoy ya no me es de esfuerzo dejar pasar como una comida mas, y no como lo prohibido o añorado en la mente. Asistía a Grupo todos los días, los primeros meses, ahora dos veces por semana, y sigo aprendiendo estrategias que se proyectan también para la etapa de mantenimiento. Afa realizo dos veces por semana (Colum Gym), y me encanta, porque los cambios que se dieron, perduran y mi cuerpo es más flexible, más liviano, mis movimientos son más ágiles que antes. Nada se realiza sin un resultado posterior, y haciendo bien como los profesionales señalan, en las clases, en los Grupos Terapéuticos, se ven realidades maravillosas, que al ir alcanzándolas se cuidan mucho.
María Isabel Montanaro, Paraguay
“El tratamiento me sacó kilos de encima y con ellos tantos sentimientos” Julio, mañana de invierno. Llovía y hacía mucho frío, cualquiera diría que era un día triste. Saltando charcos al bajar del auto llegué a la oficina, ordené unos papeles, puse un disco y me preparé un café, la música me envolvió y sin darme cuenta estaba parada bailando sola en medio de la habitación. Envuelta en mi chal tejido, bailando sola y felíz! ¿Qué pasó? Hacía un tiempo, llegué a la clínica Ravenna, buscando ayuda. Con ropa negra para disimular y tratar de ocultar mi cuerpo, mi vergüenza y muchas cosas que siente un gordo: tristeza, rabia, impotencia, rechazo, desaprobación en la mirada de los demás. Con el paso de los días, el tratamiento me sacó kilos de encima y con ellos tantos sentimientos horribles que cargué muchos años en los que no encontré el camino para luchar con mi obesidad.
Gloria Bóveda, Paraguay
“Aprendí a protegerme de los alimentos que me hacían daño” Tras negarme en un principio a aceptar la oportunidad que mis padres me brindaban para cuidarme, basándome en el mítico: “yo puedo sola”, “solo son kilos”, “cuando me lo proponga, lo conseguiré”, “si tampoco me molestan tanto…” Una rebeldía de orgullo correspondiente muchas veces a mi edad. Decido coger la oportunidad e ir. Llego a la clínica, mi propósito firme y claro: ADELGAZAR; al entrar, gente variada: gordos, muy gordos, flacos, argentinos, españoles, portugueses… Me dicen que voy a pasar consulta con la doctora, nutricionista y terapeuta, completamente asombrada por la seriedad del asunto pienso en que mis padres me han engañado, ya que mi inocente y humilde criterio no consideraba que para bajar unos kilos necesitaba tal atención profesional. En primer lugar me recibe la doctora, muy amable me contó en que se basaba el método, de todo lo que dijo solo me cuadraba que se bajaban los kilos en un tiempo asequible.
María García de Guadiana, La Rica, Madrid
Mi nombre es Clara, tengo 32 años, empecé mi tratamiento el 14 de febrero del año pasado con 105 kilos, nunca había llegado a pesar tanto, estaba triste y encerrada en mi misma, con 6 años de sobrepeso y llegando a obesidad tres, me sentía retraída social y emocionalmente.
Clara Alegre, Paraguay